El efecto inmunoestimulante se debe a los alcaloides isomitrafilina y pteropodina; estos potencian la actividad fagocítica y aumentan el número de las células inmunológicas; su eficacia se ha probado en distintas variedades de cáncer, sida, candidiasis sistémica, herpes varios, sarcoma de Kaposi y para mantener las defensas como cadyuvante cuando se opta por tratamientos alopáticos como la radio o la quimioterapia. Vale la pena aclarar, y esto es un concepto importante que sea comprendido por médicos de formación tradicional, el efecto estimulante de la inmunidad natural es paralelo y simultáneo a su capacidad inmunoreguladora; es decir, a diferencia de muchos fármacos antiinflamatorios, la uña de gato no suprime ni altera el funcionamiento óptimo del sistema inmune.
También tiene propiedad neutralizante de los radicales libres y esto ha demostrado ser eficaz procesos inflamatorios, cancerosos, fiebre y en exposición a radiaciones.
Su presentación viene en diversas preparaciones y potencias: corteza seca, corteza pulverizada (cápsulas), extracto acuoso liofilizado, ungüentos, bolsitas filtrantes como infusión, caramelos, entre otras.
La manera habitual de consumirla es la decocción de su corteza a razón de dos o tres cucharadas soperar de corteza seca por litro de agua; se bebe a lo largo del día.
En todo caso, atenerse a las dosis indicadas en el paquete o al consejo previo de un profesional de la salud, especialmente durante el embarazo.
Pablo de la Iglesia