Primeros pasos hacia una alimentación más sana


La mayoría de las personas aún conservan muchos prejuicios, científicamente superados pero que persisten a fuerza de ser repetidos. Hay mucha gente, entre ella profesionales de la salud, que sostienen con absoluto convencimiento que la carne o los lácteos constituyen factores esenciales de nuestra dieta. Claro que es posible contemplar una dieta aceptable con algo de carne o lácteos, pero es imperativo superar la creencia que nos lleva a comerlos compulsivamente, aún en contra de nuestros gustos, porque pensamos que sin ellos corremos el riesgo de enfermar.

Más allá de este punto, hay que dirigir nuestra atención al hecho de que las carnes y los lácteos provienen de granjas industriales donde los animales están en condiciones muy malas para expresar su naturaleza gregaria y social. Suelen crecer en espacios reducidos, bajo condiciones de profilaxis que alcanzan el mínimo aceptable de sanidad pero que requiere el uso de antibióticos. Ellos, junto otras sustancias tóxicas, en mayor o menor medida pasarán a formar parte del ciclo vital del consumidor.

Otro problema, por citar uno muy notable, es el uso de hormonas como la rBGH, cuyo propósito es que las vacas produzcan más leche a costa de problemas de salud en el animal y en los que consumen sus derivados.

La Somatotropina bovina (BST o BGH) es naturalmente producida por las vacas y la rBGH es la versión patentada y genéticamente modificada, que se ha extendido en la ganadería industrial y cuyo fin es el aumento de la producción sin contemplar las consecuencias.

Lo mismo podríamos decir de los huevos y la carne de pollo, salvo que sean de producción orgánica. El sufrimiento de las aves para producir en condiciones inaceptables hace obligatorio el uso intensivo de medicamentos para mantener la sanidad, por lo que su valor nutricional llega a nosotros muy degradado.

Con lo cual, además de desmitificar su carácter esencial, es importante comprender que lo que nuestros abuelos llamaban carne o leche difiere mucho de lo que nos ofrece el mercado actual como tales. Hoy la producción de alimentos está orientada a multiplicar el dinero, la actividad se ha vuelto tan especulativa como un casino y se ha perdido de vista el propósito de la agricultura y el rol del consumidor, que ha pasado de ser un fin a un medio.

Otros alimentos de consumo habitual tampoco son la mejor opción para nuestra salud, aunque a fuerza de convivir cotidianamente con ellos los consideremos “normales”: las pastas, los productos de panadería, los enlatados, son alimentos que, por un lado están vacíos de nutrientes y potencial vital y, por otro, vienen cargados de conservantes, colorantes y otros aditivos que son nocivos o al menos cuestionables.

Si a esto le sumamos el exceso de grasas, azúcar o sal, nos damos cuenta que la alimentación actual es una fórmula perfecta que nos acerca al cáncer, las alergias, las cardiopatías y la intoxicación crónica. Ahora bien, esta es una madeja que se ha enredado pero con el conocimiento adecuado podemos volver a desenredarla y hacer que nuestras elecciones de alimentos jueguen a nuestra favor; lo mejor es ver en qué punto nos encontramos y con serenidad empezar a transitar, de a un paso por vez, el camino de retorno.

Los primeros pasos son sencillos y puedes ir incorporando cambios importantes a tu rutina apenas has comenzado tu proceso de transformación alimentaria, mientras asimilas el resto de la información.

Puedes comenzar aumentando la cantidad de frutas y verduras y optar por las variedades integrales de los alimentos que ya consumes, como los cereales integrales en lugar de los refinados. Si consumes lácteos, puedes procurar disminuir su cantidad y escoger las variedades magras. Lo mismo con las aves y las carnes rojas o, mejor aún, no solo reducir su consumo sino optar por los pescados de mar. O, directamente, nada de carnes.

Hay otros cambios que se harán más fáciles si te unes a personas que lo están intentando y de esta manera, juntos, organizar clases de cocina, celebrar comidas donde los ingredientes son saludables y de producción local, fomentar una huerta en el barrio, la escuela, la iglesia o en la casa de alguien que disponga espacio.

Es importante comprender que la salud, y la alimentación como asignatura de ella, es un proceso individual y social a la vez; el cuidado personal tiene un límite marcado por el medio ambiente donde nos desenvolvemos. Si vivimos en un ambiente urbano, el crecimiento desordenado, la contaminación, la velocidad y el ruido conllevan diferentes formas de estrés a nuestro organismo que, antes o después, reclamará atención; por este motivo consideramos vital implicarse con otros vecinos en la transformación integral de nuestras comunidades.
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Con esta visión introductoria, podemos empezar a planificar rápidamente nuestro primer paso hacia una alimentación más sencilla, fresca, saludable e integral. Luego vendrán los siguientes en un camino de crecimiento y profundización permanente.

Fuente: "Puesta a Punto" (Urano),  de Patricia Robiano y Pablo de la Igleia
En Argentina, adquiérelo en librerías o por correo a través de TEMATIKA
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En México, en formato digital, en Amabook 

AMBAY, un gran aliado de las vías respiratorias


El ambay -Cecropia adenopus-, también conocido como ambaí, palo del ija, imbauba o embauva, es un árbol originario de América del sur que crece  en zonas tropicales y subtropicales de Brasil, Argentina, Paraguay o Bolivia; se usa en la medicina tradicional desde tiempos inmemoriales, asociándose a la cultura guaraní en las regiones comprendidas entre los ríos Paraguay, Uruguay y Paraná.

Tanto las hojas como la corteza de este árbol poseen excelentes virtudes medicinales como antiespasmódico, expectorante, diurético, antiasmático, cardiotónico, emenagogo o astringente. Gracias a las cualidades mencionadas, los preparados basados en el ambay ayudan a llevar alivio en afecciones como catarros, resfríos, tos, asma, bronquitis, neumonía, pulmonía, enfisema pulmonar,  angina, fiebre, diarreas, amenorrea, entre otras. Es menos conocida su capacidad para regularizar los latidos cardíacos cuando se presentan palpitaciones generadas por estrés, debilidad del corazón o insuficiencia circulatoria; también favorece la eliminación de líquidos retenidos y mitiga trastornos nerviosos, heridas, ulceras cancerosas o dolores articulares.

Entre sus principios activos destaca la presencia del alcaloide cecoprina; también el ácido tánico -en la corteza- y en las hojas, la ambaína, albaimina y cecropidina. En el caso del péptido cecoprina se han realizado investigaciones que verifican su actividad antibacteriana; el ácido tánico -también conocido como ácido galotánico-, tiene muchas aplicaciones en la industria en general y en la medicina es un principio activo de utilidad como  astringente intestinal y dermatológico o en el tratamiento de quemaduras.

Asma cardíaca y asma pulmonar

El asma cardiaca es una crisis más o menos grave y súbita de disnea que afecta a algunas personas con afecciones del corazón y que sufren insuficiencia aguda del ventrículo izquierdo por  anomalías de la válvula aórtica, encargada de regular el flujo sanguíneo al lado izquierdo de este órgano, y que puede ser producida por estenosis, hipertensión, etc. Suele ocurrir durante la noche cuando el enfermo despierta sobresaltado por una dificultad respiratoria; habitualmente desaparece rápidamente, pero puede durar varias horas y manifestarse un cuadro de edema pulmonar.

En cambio, el asma bronquial, es la manifestación más corriente de esta enfermedad y se produce por la inflamación de la mucosa que recubre las vías respiratorias que obstruye las mismas y causando los típico problemas respiratorios; entre las causas podemos citar lás reacciones alérgicas a los pólenes, los ácaros, los hongos y algunos alimentos; también afecta la contaminación ambiental, razón por la cual esta afección es cada vez más frecuente sobre todo en niños.

Por supuesto, es importante aprovechar con inteligencia todos los regalos que nos da la naturaleza para aliviar el asma bronquial y entre ellos destacamos el jengibre -en forma de té, jugo o en polvo seco es un buen broncodilatador-; también suman a favor la cebolla -contiene quercetina que relaja los bronquios-, el ajo -por sus poderosas propiedades antiinflamatorias y antisépticas-, el aceite esencial de eucalipto -en hornillos aromatizadores o en pomadas para masajes en el pecho y la espalda- o los rábanitos picantes -en ensaladas-. Por supuesto, estos consejos se verán potenciados si llevamos una dieta frugal con preferencia de frutas, verduras y semillas. Es oportuno considerar que, en general, da muy buenos resultados eliminar el trigo y los lácteos; en este sentido puede resultar valioso seguir un programa de alimentación como el que recomendamos con la nutricionista Patricia Robiano en el libro “Puesta a Punto” (Urano, 2016).

De acuerdo al reconocido médico naturista entrerriano, Dr. Giraldo Motura, el ambay ayuda a aliviar ambas expresiones del asma hasta aquí descriptas, con la ventaja que puede suministrarse incluso a los niños. En el caso del asma cardíaca, para ir más a fondo en el tratamiento de sus causas, se puede complementar con infusiones de otra plantas como espino blanco para fortalecer el corazón o el tilo y la melisa para producir un efecto relajante. El magnesio y la coenzima Q10 también son amigos naturales para un corazón contento.

Destaquemos que, además, el té de ambay es una buena recomendación en todas las enfermedades del corazón, dado que actúa como tónico; puede ser usado por quienes padecen diferentes enfermedades del corazón en general. Las enfermedades del corazón constituyen la principal causa de muerte en el mundo y en gran medida se deben a nuestro estilo de vida y, en función de ello justamente, se pueden prevenir en su mayoría; esto implica erradicar sus principales causas que tienen que ver con la muy mala alimentación en general, la contaminación ambiental, el estrés o el sedentarismo y optar por una dieta natural y más frugal, trabajar socialmente para tener un estilo de vida individual y global más respetuoso y armónico con la Madre Tierra, ser también ecológicos en la planificación colectiva del cuidado de las personas a nivel emocional y generar consciencia de la importancia del ejercicio físico regular que abarque el movimiento y la recreación. Desde este artículo pretendemos hacer un pequeño aporte que fomente esta visión, la cual debe ser articulada en todas las facetas de nuestra vida y, de manera ideal, transversal a todos los actores de la sociedad.

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Jarabe de Ambay para los niños

Ingredientes:
-100 grs de hoja seca
- 500 grs de azúcar mascabo o miel
- 1 litro de agua

Preparación: hervir las hojas de ambay hasta reducir el agua a la mitad; colar y agregar 500 grs de azúcar mascabo o miel. Se indica una cucharada cada una o dos horas y cuando se notan las mejorías ir espaciando poco a poco.
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Formas de uso

El modo tradicional de consumirlo es en forma de té. Se prepara con 20 grs de hojas secas por litro de agua hirviendo, en la cual se deja infusionar 10 minutos y luego se cuela. Se recomienda beber hasta 3 tazas al día (una en ayunas, otra antes del almuerzo y la última al acostarse) que, en función de las necesidades terapéuticas, pueden aumentarse hasta 5; es bastante amargo así que puede endulzarse con miel, azúcar mascabo o, en el momento de preparar la infusión, agregar unas hojitas de stevia.

En las dietéticas, herboristerías y farmacias, encontraremos diferentes presentaciones, tales como comprimidos, tinturas o caramelos, que se consumirán según indicación del fabricante o del profesional de la salud.

En general el ambay se ha considerado un remedio natural seguro y sin contraindicaciones que, incluso puede ser consumido por los niños; únicamente se advierte sobre su uso en casos de embarazo y lactancia, en los que sería conveniente consultar previamente a un profesional de la salud, de igual manera que si vamos a hacer un uso intenso o prolongado.

Tal como afirma el Dr. Giraldo Motura, “el Ambay es un típico ejemplo de un vegetal americano poco conocido en el resto del mundo y que junto con muchas otras plantan del lejano cono sur tiene extraordinarias propiedades curativas. Son regalos que el Nuevo Mundo tenía preparados para dar a la Humanidad una vida y una calidad de vida más larga y mejor”.

Pablo de la Iglesia

¿Gustas un alcaucil o una alcachofa? :-)


Según donde vivamos, este delicioso y medicinal alimento es conocido como alcaucil o alcachofa; su nombre científico es Cynara Scolymus. La mitología cuenta que su nombre se debe a que el Dios Júpiter se enamoró de una joven muy hermosa llamada Cynara pero ella lo rechazó y el vengativo Júpiter la transformó en esta planta que tantos beneficios aporta.

Es un alimento conocido en la Edad Media  y consumido por griegos y romanos, aunque tan solo tenían acceso a el las personas pudientes de aquellas sociedades; poco a poco fue difundiéndose por el resto de Europa y luego los franceses y españoles lo llevaron a América.

Además de sus usos gastronómicos, es muy valorado en la medicina natural su poder preventivo y terapéutico; para esto, además de la flor, se utilizan sus hojas. Esto se debe a su riqueza en fibras -especialmente la valiosa inulina-, calcio, magnesio, fósforo, potasio, vitaminas B y C, cinarina o esteroles.

Destaca por ser altamente diurético, aliviando de manera efectiva la hipertensión arterial; la cinarina, que además de estimular la secreción biliar, impulsa la diúresis favoreciendo el drenaje de toxinas a través de los riñones; en este sentido veremos sus efectos positivos entre quienes sufren de gota o arenilla, reuma, cálculos biliares o renales, retención de líquidos etc.

La cinarina es un principio activo que estimula la secreción biliar de manera notable - es decir, es una planta colerética -, de esta forma también ayuda a depurar el hígado y alivia las afecciones hepáticas. Este es uno de los motivos por los que funciona tan bien en enfermedades hepáticas tales como la hepatitis -como regenerador es ideal junto con el cardo mariano-, el hígado graso y en consecuencias laterales como las digestiones lentas o los gases intestinales.  

También es eficaz para controlar el colesterol en exceso, siendo eficaces para ello el aporte de esteroles o fitoesteroles, sustancias que son similares al colesterol pero de origen vegetal y que tienen la particularidad de modular la absorción del mismo en los intestinos. Los esteroles -también conocidos como fitoesteroles- se encuentran naturalmente distribuidas en frutas, verduras, semillas y aceites vegetales; también hay estudios que indican que la suplementación de unos 2 gr al día puede ayudar a reducir el nivel total de colesterol en un 10 o 15%.

Convengamos que la ingesta diaria de fitoesteroles varía varía en un rango amplio de acuerdo al tipo y la cantidad de alimentos vegetales consumidos; habitualmente en lo que se considera una “dieta normal” esta es de tan solo unos 100 a 300 mg por día y en el caso de los vegetarianos varía entre 300 a 500 mg; puede observarse que estas cifras son mucho menores a las que permitieron los resultados mencionados por medio de la suplementación y puede ser insuficiente para producir un efecto significativo como en los estudios. Más allá de esto, en la medicina natural promovemos estilos de vida saludables en los cuales este es uno de los tantos factores que auspician la salud y, los cambios suaves y graduales, son valorados en sinergia con los demás.

Algunos estudios sugieren que los extractos de alcachofa serían efectivos contra algunas variedades de cáncer, tales como próstata, mama y leucemia; se focaliza, además de la cinarina, en el ácido cafeico y la luteína. 

El ácido cafeico es el gran activo del café, pero también se encuentra en una amplia variedad de vegetales, entre ellos los alcauciles. Destaca por inhibir el cáncer, el HIV, el virus del herpes, funciones atribuidas a su poder antiinflamatorio y poderoso antioxidante. No hay una dosis determinada para el ácido cafeico pero consumiendo alimentos que lo contienen tales como café -moderadamente-, propóleo, alcaucil, té verde, apio, naranja, limón, higo, lechuga, entre otros, lo estaremos adquiriendo en la cantidad equilibrada que dispuso la naturaleza en los alimentos saludables. 

La luteína es un fitoquímico de la familia de los carotenoides y se encuentra en todo tipo de vegetales verdes, amarillas y anaranjadas; igual que el miembro más conocido de la familia -el betacaroteno-, la luteína es un potente antioxidante que protege las células del daño del exceso de radicales libres. La investigación científica ha encontrado que este nutriente es un gran protector de la visión impidiendo la degeneración macular y las cataratas, dado que actuaría tanto como bloqueador solar natural y selectivo, como neutralizando el daño de la oxidación. Junto con los alcauciles, citamos entre sus fuentes zanahorias, pimientos, tomates, paltas, perejil, espinaca, apio, etc.

La investigación también señala que la alcachofa  ayudan a prevenir y combatir la diabetes, no solo en función de muchas de las propiedades hasta aquí señaladas, sino también porque la mayoría de sus carbohidratos se presentan en forma de inulina, un polisacárido que ayuda a mejorar el metabolismo de la glucosa en forma notable. La inulina se metaboliza en nuestro organismo creando unidades de fructosa en lugar de glucosa y la fructuosa -cuando se presenta natural e integrada a los alimentos- es un azúcar muy asimilable reduciendo la necesidad de recurrir a insulina o fármacos de uso corriente en esta enfermedad. ¡Importante! No confundir la fructosa naturalmente presente en los alimentos con el jarabe de alta fructosa -concentrado y refinado- del cual ha venido abusando la industria alimentaria y favoreciendo el aumento de múltiples problemas cardiovasculares, diabetes, etc.

Indicaciones medicinales

En las tiendas de salud la encontrarás en diversas presentaciones tales como hierba medicinal, gotas, jugo, comprimidos, sin olvidar la flor que está disponible en verdulerías como una delicia de la gastronomía; así como en muchas fórmulas compuestas que ayudan a proteger el hígado, estimular la secreción de la bilis, reducir el colesterol, controlar la presión arterial, prevenir la arteriosclerosis, aliviar la sequedad de los ojos, para regular el azúcar en sangre, bajar de peso, etc.

La Comisión E de Alemania (equivalente de la FDA en USA o el ANMAT en Argentina) ha autorizado las hojas y el tallo integral para su uso para "problemas dispépticos".

Normalmente estos preparados se realizan con las hojas y tallos -no los capullos de flores que comemos habitualmente-. La forma más sencilla es la infusión y se prepara con 15 o 20 gramos de la planta en un litro de agua hirviendo dejándolas reposar unos 15 minutos antes de colar y beber dos o tres veces al día.

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Usos medicinales de los alcauciles

Mejora las digestiones
Regula el colesterol y los triglicéridos
Previene la arteriosclerosis y la hpertensión
Alivia el estreñimiento
Estimula la diuresis
Neutraliza la acidez estomacal
Modera el apetito
Previnie y alivia algunos tipos de cáncer
Vasodilatador, indicado en várices e insuficiencia en la irrigación cerebral
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Limpieza y cocción de los alcauciles

Lavarlos bien sacudiéndolos debajo del chorro del agua; se raspa el tallo sin sacarlo, pues también es comestible. Se le sacan las hojas externas más duras y se corta un trozo de las puntas de las que quedaron (opcional y según como los consumamos). Se van colocando en agua con jugo de limón que, al evitar la oxidación, impide que se oscurezcan.

Colocar en una olla cubriéndolos con agua, agregar un poco de sal marina y cocinarlos hasta que se les pueda arrancar una hoja fácilmente. Cuando están a punto, se escurren boca abajo en un colador y estarán listos para su consumo en la forma deseada.

Pablo de la Iglesia

¡El SOL es tu mejor amigo!

Este tema merece un lugar destacado porqué el sol no es el gran enemigo de la salud como muchos han terminado creyendo y los protectores solares realmente no sabemos bien de que te protegen. ¿De los rayos solares? En alguna medida puede ser. ¿Del cáncer de piel? ¡Ni mucho menos!

Si bien algunas advertencias sobre el riesgo de tomar sol de manera inapropiada son razonables, mucho más lo sería insistir en el hecho incontrastable que el sol es esencial para la vida y necesariamente debemos relacionarnos con el  de manera inteligente para gozar de buena salud, potenciar nuestra inmunidad y ¡prevenir y tener mayores posibilidades de curar el cáncer! De lo que se trata es aprovechar sus beneficios y reducir sus riesgos; evitar el sol es tan absurdo como no enamorarse para no sufrir por si se acaba el amor.

El mensaje del establecimiento sanitario se reduce a generar miedo en torno a la posibilidad de padecer cáncer de piel y olvidar por completo todos los beneficios que este trae. Entre otros, insistimos en ello, prevenir el cáncer si tomamos sol como se debe sin olvidar que la nutrición que nos brinda es esencial. Y evitando los nocivos protectores solares artificiales, por supuesto.

¿Y porqué los protectores solares comerciales mayoritariamente son peligrosos? La Guía del 2011 del Environmental Working Group (EWG) recomienda solo el 20% de los más de 600 protectores evaluados, considerando seguros aquellos que se encuentran libres de químicos potencialmente dañinos.  Como era de esperar, la lista de los productos que deben ser evitados contiene algunas marcas muy populares que el consumidor promedio suele considerar confiable.

En base a este informe la revista Time reportó algunas recomendaciones: "Evite la Oxibenzona y el palmitato de retinol. Muchos productos eficaces contienen uno o ambos componentes—oxibenzona o retinol palmitato—que el EWG específicamente sugiere evitar. La oxibenzona es un disruptor endocrino, dice el EWG, y el palmitato de retinol es una forma de vitamina A tópica que algunos estudios animales sugieren que puede estar vinculado con un aumento de riesgo de cáncer de piel.” ¡Protectores solares que la gente usa para prevenir el cáncer de piel que aumentan nuestra predisposición a padecerlo! Al finalizar el estudio el EWG concluyo: "El mejor protector solar es un sombrero y una camisa. Con esto, no hay químicos que se absorban en su piel y funcionan sin duda alguna.” En las recomendaciones conscientes habituales, también se recomiendan lentes de sol de buena calidad, pero no abuse de ellos. ¿Porqué? Porqué el sol también debe impactar sobre nuestros ojos de manera indirecta, los más de 1500 tipos de radiaciones presentes en los rayos solares también son una fuente de nutrición que genera un impacto a través del sistema oculo-endocrino.

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¿Qué es el sistema oculo-endocrino?

Hay una relación entre la luz del sol que llega a los ojos y los equilibrios hormonales en el cuerpo, en especial de las secreciones de las glándulas pituitaria y pineal, situadas en el cerebro. Por ejemplo, se ha observado que en aquellos lugares con poca radiación solar la gente tiene una mayor predisposición a la depresión y el letárgo, condición que suele llamarse Síndrome Afectivo Estacional.
En estos casos donde el sol es escaso, especialmente durante los cortos días de inviernos largos como en los países nórdicos, la solución se encuentra en la exposición de los pacientes a una luz artificial que tenga todo el espectro de la luz solar natural.
 Cuando el medio ambiente diurno tiende a ser oscuro, la glándula pineal segrega la hormona melatonina durante el día y produce somnolencia, letargo, apatía y depresión, muchas veces conocida como«tristeza invernal».
En algunos países, la exposición a una fuente de luz que tenga el espectro solar completo es una gran solución, sin embargo la falta de exposición al sol con frecuencia se debe a que no pasamos tiempo en la naturaleza o estamos todo el día en la oficina expuestos al desgaste de la mala iluminación artificial de esos sitios; muchas personas solucionan esto -aún en invierno- con medidas simples como tomar el almuerzo en una plaza y aprovechar los fines de semana para pasar tiempo al aire libre.
Lo que llamamos sistema oculo-endocrino es el resultado del estímulo de la luz solar en el nervio óptico y el posterior impulso nervioso sobre las glándulas pituitaria y pineal, cuyo equilibrio y buen funcionamiento dependen de esto y afecta en gran medida al resto de las glándulas y al organismo en general.

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Si nos atenemos a la lectura rigurosa de los diferentes estudios, la mayor exposición al sol y menor riesgo de casi todos los tipos de cáncer está contrastada; incluso los fumadores con mayor exposición al sol tienen una esperanza de vida similar a los no fumadores que evitan el sol.

La exposición al sol debería ser gradual, continua y considerando la tolerancia personal. Se estima que una piel normal puede exponerse al sol intenso durante veinte minutos sin dañarse; ese es un buen punto de referencia para limitarnos en las horas de radiación más intensa, sobre todo si no estamos curtidos por el efecto del sol y el contacto con la naturaleza.

Luego, es importante que sea continua, es decir durante todo el año, para que cuando lleguen los meses de radiación más intensa, nuestra piel tenga una mayor protección gracias al bronceado natural. Si en cambio vivimos en una ciudad, trabajamos en una oficina y no tenemos una relación de tú a tú con el sol durante todo el año, no será apropiado para la salud exponerse intensamente en las dos o tres semanas de vacaciones que nos tomamos en el verano.

El límite lo marca nuestra tolerancia y eso se determina con observación y sentido común: si la piel empieza a enrojecer con un ligero tono rosado o el sol nos molesta, ¡a la sombra! Luego iremos aumentando poco a poco la tolerancia. He conocido gente muy blanca que apenas tolera un minuto, ¡pues que sea un minuto!; tal vez luego de un ratito a la sombra pueda tolerar otro minuto y así hasta dos, tres o cinco veces. Al día siguiente será un poquito más y así, atentos y sensibles a lo que habla nuestro cuerpo, vamos mejorando nuestra resistencia al sol.

Tenga en cuenta que para que la producción de vitamina D sea eficiente necesitamos los rayos UVB y estos llegan a la tierra principalmente a mediodía. Fuera de las horas de mayor radiación nuestro organismo produce poca vitamina D y su déficit genera predisposición a alteraciones inmunitarias y mala asimilación del calcio; nada y mucho es indeseable para la salud, un poco -hasta veinte minutos normalmente- es lo más indicado para la eficiencia metabólica. Para obtener el estímulo suficiente para generar niveles óptimos, no es suficiente con exponer las manos o la cara, debemos hacerlo con partes extensas de nuestro cuerpo; y tengamos en cuenta que después del punto de enrojecimiento, nuestra piel ya no es eficiente para producir vitamina D.

Tengamos presente que hasta hace poco, la mayoría de los protectores solares no filtraban los rayos UVA -que son los que predisponen al cáncer-, y si lo hacían con los UVB -qué son necesarios para sintetizar la vitamina D que protege del cáncer-. ¿Comprendes porqué decimos que los protectores solares también pueden producir cáncer? Y eso sin contar con los tóxicos que suelen incluir muchos cosméticos de mala calidad. En todo caso, si de todos modos utilizarás protector solar, consulta con un buen dermatólogo para que te indique uno que con seguridad bloquee los UVA y tenga la menor carga de tóxicos posibles.

Luego, es cierto que hay gente que es extremadamente intolerante al sol. Y en el mundo de hoy tenemos cada vez más gente extremadamente intolerante a muchas cosas, tales como el gluten, la lactosa, el pescado, el huevo…, y una pequeña exposición ya genera reacciones adversas que a veces son apenas molestas pero otras hasta ponen en riesgo la vida. ¿A que se debe este festival de intolerancias? Simplemente a nuestro sistema de vida degradado que contaminó el agua, el aire y la tierra, a que industrializamos al extremo la producción de alimentos quitándoles valores nutricional y aditivándoles toxinas de todo tipo, a que estamos crónicamente expuestos a campos magnéticos… ¡Debemos agredecer a la maravillosa máquina orgánica que nos permite sobrevivir a pesar de todas estas agresiones! Pero debemos atender nuestro estilo de vida global o los problemas serán más serios cada día.

Volvamos al sol: ¿qué podemos hacer para mejorar nuestra tolerancia y que sus caricias no nos resulten latigazos? En primer lugar, cambiar nuestra alimentación. La calidad de ácidos grasos en las células que componen los tejidos es muy importante ya que de ellos deepende la flexibilidad de las mismas o la capacidad de almacenar agua; las vitaminas, los minerales y las enzimas también hacen a esta mejor adaptación y la respuesta es bien simple: frutas, verduras, semillas, cereales integrales, legumbres, algas… Alimentos frescos, vivos e integrales. ¡Verdaderamente no hay ningún misterio! Pero como vivimos en un mundo que nos ha llevado a creer que todo cuesta sacrificio, que el funcionamiento del universo es complicadísimo y que la naturaleza tiene mecanismos ininteligibles, tenemos que escribir libros para explicarlo de mil maneras esperando que sean útiles para encontrar una conexión con el instinto del cuerpo y la intuición del alma que son las mejores vías para reconectar con la inteligencia cósmica.

Dicho esto, la pregunta es:


* ¿Para que nos exponemos al sol si lo bloqueamos con protectores solares que mayormente son tóxicos?


Y la siguiente pregunta que debemos contestarnos a nosotros mismos:


* ¿No sería mejor exponerse al sol evitando quemaduras con tiempos limitados en los horarios críticos, las estancias más prolongadas reservarlas para los horarios habitualmente indicados por el dermatólogo y, cuando es necesario, usar tejidos claros de telas naturales, sombreros, gorras con viceras…?

Pablo de la Iglesia

Quinoto: ¡te va a importar!


Primero prepárate un batido saludable y luego brindamos juntos y aprendemos un poco más sobre las propiedades del quinoto:

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Licuado de quinotos y banana

Ingredientes:
7 u 8 quinotos
2 bananas
20 grs de nueces

Preparación: Procesar en la licuadora -puedes utilizar agua fría, natural o caliente-; al principio con poca agua para que se homogeneice mejor y luego agregar dos o tres tazas de líquido hasta alcanzar la consistencia deseada.
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El quinoto, también conocido como cumcuat, naranja de la China o naranja enana, y cuyo nombre científico es Citrus margarita, es un fruto que no es muy popular entre nosotros, sin embargo por sus propiedades y facilidad de cultivo hasta en un pequeño patio, tiene el potencial de convertirse en una variedad orgánica al alcance de las familias que deseen acceder a alimentos de producción propia y segura aún en pequeños espacios. ¡Las pequeñas flores de este arbusto generan un delicioso aroma que crean un hermoso clima en el entorno donde se encuentran! Si estás pensando plantar un arbusto o un árbol de pequeño porte que incluso se adapta bien para los cercos vivos, ¡no lo dudes!

Los pequeños frutos, similares a unas naranjas en miniatura, se consumen enteros y con la piel, de allí la importancia que sean cultivados de manera natural y sin agrotóxicos; entre sus principios activos más valiosos destacamos una variedad de aceites esenciales, ácidos orgánicos, flavonoides, vitamina C, betacaroteno, pectina, entre otros. Su uso ayuda a aliviar enfermedades respiratorias en general, dolor de garganta, asma, halitosis, problemas circulatorios, colesterol, diabetes y es ligeramente sedante.

El destacado aporte de vitamina C y betacaroteno favorece el estímulo de la inmunidad natural y -por su acción antioxidante- ayuda a evitar el envejecimiento prematuro de las células expuestas a los radicales libres.

El limoneno, principio activo presente en el aceite esencial obtenido de la cáscara de los cítricos y que les brinda su aroma particular, tiene valiosas propiedades antioxidantes; aprovechamos sus beneficios de manera plena cuando consumimos quinotos, limones o cualquier otro cítrico orgánico con su cáscara, caso contrario, se extrae por destilación y se destina a usos químicos, cosméticos, medicinales o alimentarios.

También se han realizado algunas investigaciones que señalan los potenciales efectos anticancerígenos del limoneno, observándose que aumenta los niveles de enzimas hepáticas implicadas en la detoxificación de sustancias carcinógenas; aquí mencionamos la glutation S-transferasa (GST) que ayuda a eliminar los xenobióticos -sustancias ajenas al organismo, potencialmente dañinas y creadas por la química artificial- y otros elementos nocivos para las células.

Las concentraciones de ácido cítrico en el quinoto son importantes y le agregan valor nutricional a este fruto; justamente es el elemento que te hace fruncir el rostro cuando muerdes un limón o un quinoto. El ácido cítrico, un ácido orgánico soluble en agua, es beneficioso por sus propiedades antioxidantes, para el cuidado de la piel o como alivio del dolor de garganta.

Resaltemos que no se trata de un elemento menor en nuestro cuerpo, ya que el mismo produce y metaboliza entre 1,5 a 2 kg diarios de ácido cítrico, especialmente para el buen desempeño del metabolismo energético. El ciclo del ácido cítrico fue descubierto por el bioquímico alemán-británico Profesor Hans Adolf Krebs -por eso también se conoce como Ciclo de Krebs- y describe una ruta metabólica -es decir una serie de reacciones químicas ordenadas en serie- que hace a la respiración de todas las células aeróbicas y la obtención de energía. Para funcionar correctamente, el organismo debe mantener la eficiencia este ciclo.

Otra de las propiedades de los citratos o sales de ácido cítrico, es su capacidad quelante del calcio; el beneficio de esta propiedad para nuestra salud es su capacidad para capturar el exceso de calcio y evitar la formación de coágulos o depósitos anormales del mineral en los tejidos. Esto no suele ser un problema en las dietas vegetarianizadas y alcalinas, sin embargo la obsesión por el calcio y los consejos que exageran la necesidad de consumir lácteos o suplementos del mineral, sumado a ello la acidificación que producen los alimentos refinados e industrializados, genera desequilibrios en el metabolismo del mismo que termina depositándose en las arterias endureciéndolas o promoviendo la formación anormal de cálculos, espolones, etc. El consumo de frutas cítricas ayuda a alcalinizar el organismo y a brindar eficiencia metabólica, en particular en el buen uso del calcio.

Una preacaución a tomar es consumir las bebidas naturales con ácido cítrico con una pajita o enjuagarse inmediatamente la boca con agua para evitar un potencial daño al esmalte dental. Aunque realmente el mayor daño que puede producir esta sustancia es cuando se añade el ácido cítrico a las bebidas gaseosas que potencian en gran medida su capacidad para dañar el esmalte dental por la combinación con el azúcar y otras sustancias tóxicas y acidificantes; por supuesto, en este último caso, el consejo es evitarlas por completo.

Pablo de la Iglesia

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¿Valor agregado o valor degradado?

Había una vez, en un lugar alejado del Universo, en un planeta muy pequeño, una extraña civilización a la que todo se le era dado por la generosidad y la abundancia de la Madre Naturaleza.

Sin embargo, empleaban todos sus recursos energéticos, dinero y tiempo en restarle valor a lo que ya era perfecto... y cuanto más degradado era un elemento integral, ellos le llamaban "valor agregado" y quienes lo llevaban adelante eran apreciados y empoderados por el resto de la sociedad.

Hemos estudiado a estos extraños animales que se llamaban a si mismos "humanos", dotados de una poderosa inteligencia que utilizaban en contra de su propio desarrollo integral, pero finalmente se extinguieron sin que llegásemos a comprender las causas profundas de esta enfermedad colectiva.

::: ¿Valor agregado o valor degradado? :::

Pablo de la Iglesia

¡Fast Sopa!


En diez minutos, puedes hacer esta sopa repleta de ingredientes crudos con todas sus enzimas y nutrientes y disfrutar de una deliciosa comida saludable acompañándola simplemente de una ensalada o sola.

Ingredientes:
* Zanahoria
* Palta
* Lentejas
* Calabaza
* Cebolla
* NuecesActivadas
* ConcentradoDeSabor (Mixturar en aceite de oliva virgen dos cdas. de levadura dietética, media cdita. de cúrcuma, pizcas de pimienta verde, cayena, jengibre y sal del Himalaya)

Preparación:Licuar todos los ingredientes con poca agua caliente (o el caldo de la cocción de las lentejas) e ir agregando poco a poco hasta que quede con la consistencia de sopa crema; si preferimos un caldo, agregamos un poco más.

La cantidad de los ingredientes es a "ojímetro" y "gustímetro": experiemntar e ir encontrando el punto personal.

Menos las lentejas, que si quieres las sacas y si no las dejas,
TODOS LOS INGREDIENTES SON CRUDOS. 

Si quieres simplemente comer sano, sin vueltas, sin filosofías complicadas, con sentido común y haciendo lo mejor posible con lo que tenés a mano, ¡estás en el camino de la #AlimentaciónConsciente!

Pablo de la Iglesia